La vista es
uno de nuestros sentidos, nos permite conocer como es el mundo que nos rodea y
las cosas que hay. El sentido de la vista radica en el ojo.
El ojo es un
órgano par situado en la cavidad orbitaria, está protegido por los párpados y
por la secreción de la glándula lagrimal. “El ojo es, pues, el observatorio avanzado
del cerebro que comprende el bulbo del ojo y el nervio óptico” (RUBINSTEIN,
1967)
La luz juega
un papel muy importante en la visión, ya que cuando llega a un objeto la
refleja, y ese reflejo es el que llega al ojo.
La luz viene
del Sol y se propaga en el espacio, y tarda alrededor de 8 minutos en llegar a
la Tierra. Nada en este mundo viaja más rápido que la luz. La luz tiene unas
características, se puede “doblar” cuando choca contra una superficie y al
hacerlo refleja la imagen. A este fenómeno se llama reflexión de la luz.
El rayo o
reflejo de luz pasa por la córnea y entra por la pupila. La pupila se dilata o
se contrae en función de la intensidad de luz que le llegue. Por último llega a
la retina, donde la energía electromagnética de la luz se convierte en impulsos
nerviosos que pueden ser utilizados por el cerebro. Las células receptoras de
la retina son los bastones y los conos. Los conos se relacionan con la visión
en colores y la visión diurna, y los bastones con la visión nocturna.
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